Recordar a Jesús, sus obras y palabras

por | Abr 24, 2020 | Formación, Reflexiones, Ross Reyes Dizon | 2 comentarios

¡Ha resucitado Jesucristo, Hijo de Dios vivo e Hijo de María! A él lo debemos recordar y también proclamar como nuestra Buena Nueva (2 Tim 2, 8).

Los cristianos amamos a Jesucristo sin haberlo visto. Y sin contemplarlo todavía, creemos en él (1 Pd 1, 8). Es por eso que nos alegramos inefable y gloriosamente. Es que el Espíritu Santo nos lo hace recordar incluso, o especialmente, cuando nos sentimos decepcionados o perdidos. Lo hace volver a pasar por nuestro corazón, para que captemos palpablemente su presencia.

Por el Espíritu, nos pasa a nosotros lo mismo que a los discípulos que iban a Emaús. Lo que a los desesperanzados y desorientados que, sin embargo, no pudieron sino recordar a Jesús, acreditado por Dios con poderosas obras y palabras. Sí, él se acerca a nosotros, aunque no lo reconozcamos quizás por nuestras emociones.

Pero recordar y reconocer nosotros a Jesús o no, camina él con nosotros. La razón es que se interesa por nosotros y por nuestros asuntos. Por nuestros gozos y tristezas, por nuestras esperanzas y desesperanzas. Y nos quita la ceguera, y la necedad y la torpeza para creer. Es decir, sana nuestra mente cerrada o estrecha, nuestro corazón duro o frío, y nuestros ojos nublados o confusos.

Sí, Cristo resucitado nos explica las Escrituras y nos cambia las ideas que tenemos de él y de Dios. A la vez nos hace arder y latir apasionadamente los corazones y así terminamos diciéndole: «Quédate con nosotros …». O abrazándole los pies (Mt 28, 9).

Luego, nos abre los ojos en la fracción del pan. Su forma de bendecir y partir el pan nos hace recordar. Pues se nos remite a la Cena en la noche en que iba a ser entregado.

Y él se desaparece. Pero nos deja con los ojos abiertos para reconocerlo en otras apariciones esperadas e inesperadas. En la Palabra y los Sacramentos, en la acogida y la solidaridad.

Señor Jesús, haz que nos pase realmente a los peregrinos lo mismo que a los caminantes a Emaús. Por ello, se volvieron en seguida a Jerusalén con corazón ardiente. Enséñanos a llegar al fondo de la Buena Nueva y de la realidad. Que prendamos fuego en los corazones de los que caminan con nosotros. Y ayúdanos a recordar que vivimos en ti por tu muerte y que hemos de morir en ti por tu vida (SV.ES I:320). Así te pondremos en el centro, que nadie debe estar más en medio de nosotros que tú.

26 Abril 2020
3º Domingo de Pascua (A)
Hch 2, 14. 22-33; 1 Pd 1, 17-21; Lc 24, 13-35

2 Comentarios

  1. Maribel

    El sufrimiento de unos puede ser provocados por la ambición de otros.

    Responder
    • Ross

      No cabe duda que sí. ¿No así le pasó a nuestro Señor Jesucristo? Gracias.

      Responder

Enviar comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

homeless alliance
VinFlix
VFO logo

Archivo mensual

Categorías

Sígueme en Twitter

colaboración

Pin It on Pinterest

Share This
FAMVIN

GRATIS
VER