¿Todavía no entienden ni comprenden?
Sant 1, 12-18; Sal 93; Mc 8, 14-21.
Jesús, a través de signos, va manifestado su identidad: es uno de nosotros y al mismo tiempo es Dios. Los discípulos no han caído en la cuenta de quién es Jesús. No se percatan de su poder y no entran por el camino de la confianza en él, que va dando respuestas de vida a través de sus milagros y su capacidad de perdonar. Por ello viene el reproche:
¿Todavía no entienden?
Por otra parte, ellos siguen queriendo solucionar los problemas y salir adelante con sus propias fuerzas, lo que les lleva a vivir preocupados sólo por lo material.
Ellos discutían que no tenían pan. Jesús les advierte: cuídense de la levadura de los fariseos y de la de Herodes. Es otro signo, cuídense de la incredulidad, de la incomprensión, de estar inquietos y preocupados por las cosas de este mundo.
¿Y todavía no comprenden? ¡Cuántas maravillas Dios ha hecho en nuestra vida! ¡Cuántos milagros ha obrado en nuestra vida, de cuántos peligros y tentaciones nos ha librado, de cuántas caídas nos ha cuidado! Y todavía no logramos sentir ese amor tierno y cercano. Te invito a volver sobre tu historia; podrás ver el paso delicado, silencioso pero efectivo de Dios por tu vida.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
P. Benjamín Romo cm
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