“Le seguía una gran multitud”
1 Sam 18, 6-9; 19, 1-7; Sal 55; Mc 3, 7-12.
Aparece Jesús seguido de una gran multitud, de todo Israel e incluso de países vecinos. Los espíritus inmundos caen a sus pies, los enfermos lo quieren tocar para ser curados…
A veces el evangelio nos presenta estas escenas que son como una fotografía en la que quiere mostrarnos el resumen de toda la película: Jesús, los discípulos, la gran multitud de gente marginal, los pobres de siempre, los olvidados, que no sólo son judíos, son de todas partes, del mundo entero; personas agobiadas, necesitadas, que ven en Jesús una respuesta, una esperanza. Multitud que es aliviada en sus dolores y en su indigencia por Jesús. La salud, la vida, la esperanza brotan en torno a Jesús, dador de vida nueva.
Vemos también a los espíritus inmundos ser derrotados por el poder de Jesús. Esas fuerzas perversas que tenían a los hombres atrapados, oprimidos, mudos, paralíticos, leprosos, marginados, condenados a su suerte.
Caen los demonios, brota la vida… Es toda una parábola de toda la obra salvadora del Jesús de entonces y de hoy. Que la acción de Jesús sea la nuestra. Que su lucha, sea compartida.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
P. Silviano Calderón cm
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