«Arrepiéntanse, que está cerca el reino de los cielos».
1 Jn 3, 22-4, 6; Sal 2, Mt 4, 12-17. 23-25.
Jesús inicia su ministerio como un misionero itinerante. Desde Cafarnaúm como base, recorre los pueblos de Galilea “enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia y sanando toda clase de enfermedad y dolencia”.
Jesús “enseña”, “anuncia el Reino” y “sana todo tipo de enfermedad”. Su acción se dirige al hombre completo, en todas sus dimensiones. Todo el hombre y todos los hombres están en su preocupación. Esto es una novedad muy grande.
El destinatario del evangelio es el hombre en su totalidad: su vida, su suerte, sus sueños, su destino, sus heridas, sus ansias de justicia, su necesidad de amar y ser amado…
Jesús enseña una nueva forma de vivir, de relacionarse con Dios y con los hermanos. Muestra caminos equivocados de entender y de practicar la religión. Jesús anuncia la Buena Noticia del Reino de Dios. Anuncia fundamentalmente el amor del Padre por sus hijos y el proyecto de un mundo de hermanos solidarios y fraternos. Y sana, cura las heridas, restablece la fuerza y la esperanza de los hombres.
Nadie está excluido del amor de Dios, que quiere que todos los hombres se salven.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
P. Silviano Calderón cm
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