Antes de que el sol naciera ya nos amabas Señor.
1 Jn 2,18-21; Sal 95; Jn 1, 1-18.
Estamos a la mitad del tiempo de Navidad. Las figuras cronológicas de principio y fin, que encontramos en la carta y el evangelio de San Juan iluminan el término del año civil. Por un lado, el texto evangélico dibuja una postración ante la Palabra que existe desde siempre, la Palabra que es luz, vida, verdad y gracia, la Palabra que se hizo carne. La Palabra es Cristo Jesús, Hijo de Dios y quienes lo reciban saldrán de la oscuridad, nacerán de Dios.
Por otro lado, el clima que envuelve el último día del año. Invitación a una profunda acción de gracias, especialmente a la Familia Vicentina de México cuyo fin principal es honrar a Jesucristo, manantial y modelo de toda caridad. San Vicente insistía a las Hijas de la Caridad que trabajaran continuamente en la propia perfección.
Catalina Labouré es fruto de esa perfección en la caridad; ella hizo de la sencillez, la humildad y el servicio a los pobres su camino de santidad. Un día como hoy de 1876 se durmió en el Señor, tan silenciosa como lo había sido en vida; con la serenidad y la confianza de haber gastado la vida por el mismo motivo por el que Cristo dio la suya.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Sor Alicia Margarita Cortés H.C.
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