Ven, Luz eterna, enciende nuestra noche.
Cant 2, 8-14; Sal 32; Lc 1, 39-45.
La Visitación, segundo misterio gozoso del rosario. Hay estampas que buscan recrear un primer plano de esa visita, a través de imágenes quieren ayudarnos a captar la alegría de la Virgen e Isabel; algunas resaltan el contraste de generaciones por la diferencia de edad entre ellas y otras se enfocan en la comunión que genera el milagro de Dios.
Cuando San Vicente de Paúl medita el pasaje de la Visitación dibuja una estampa para animar a las Señoras de las Caridades, a los Misioneros y a las Hijas de la Caridad; Vicente descubre actitudes, virtudes y rasgos caritativo~misioneros.
La experiencia del amor de Dios impulsa a anunciarlo y compartirlo mediante el servicio. Recibir a Jesucristo da la fortaleza para atravesar obstáculos y dificultades; llevar a Jesús es causa de alegría y bendición.
Para San Vicente la Virgen María es, después de Jesucristo, el mejor modelo de vida cristiana; está convencido que a semejanza de la Virgen María hemos de visitar a los pobres con el corazón lleno de Dios, pensando solamente en Dios y como lo hizo la santísima Virgen cuando fue a visitar a santa Isabel, esto es con mansedumbre, con amor, con caridad.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Sor Alicia Margarita Cortés H.C.
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