“Bendito seas para siempre, Señor”
Dn 6, 12-28; Dn 3; Lc 21, 20-28.
Celebramos hoy a santa Catalina Labouré. Siendo Hija de la Caridad fue favorecida con la aparición de la Santísima Virgen María y otras gracias sobrenaturales. Siempre llevó una vida oculta de entrega al servicio de los más necesitados. Fue canonizada por Pío XII el 27 de julio de 1947.
En el evangelio de hoy sigue el discurso de Jesús con más señales que debían de acontecer antes de la llegada del fin de este mundo para dar lugar al nuevo. Nos habla de la destrucción de Jerusalén y los cambios en la creación.
Después de estas señales viene la llegada del Reino de Dios y la aparición del Hijo del hombre. Este título es el que a Jesús le gustaba usar. El anuncio no quiere entristecer sino animar: “Cuando suceda todo esto, levántense, alcen la cabeza, se acerca su libración”.
Nos muestra así Jesús la nueva historia que debemos realizar juntos.
Nuestra espera es activa, comprometida, hay mucho qué hacer. Toda lucha a favor de la vida, toda persecución por causa de la justicia, todo dolor, es semilla del Reino que va a llegar. Así se realiza la misión que inició Cristo y que luego nos encomendó a cada uno de nosotros.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Sor Carolina Flores H.C.
0 comentarios