“Condúceme, Señor, por tus caminos”

Sab 1, 1-7; Sal 138; Lc 17, 1-6.

Jesús nos habla hoy de tres temas: Escándalo, perdón y fe.

¿Por qué tanta severidad de Jesús ante el escándalo? “Más le vale, al que lo haga, que le pongan al cuello una piedra de molino y lo arrojen al mar”. Escandalizar a los pequeños significa ser el motivo por el que se desvían del camino y pierden la fe en Dios. Para Jesús, que se identifica con ellos, son los primeros destinatarios de la Buena Nueva. Hacerles daño a ellos es hacerle daño a Jesús. ¿Nos ha tocado ver que alguna persona, por nuestro comportamiento, se aleja de Dios? ¿Hasta dónde somos culpables?

En cuanto al perdón, Jesús pide mucho, es uno de los asuntos sobre los que Jesús más insiste. Una razón para animarnos a perdonar es la conciencia del perdón que recibimos nosotros de Dios. No hay proporción entre el perdón que recibimos de Él y el que debemos ofrecer al prójimo.

“Auméntanos la fe”. Sólo con mucha fe en Dios es posible llegar hasta el punto de tener un amor tan grande, que nos haga capaces de perdonar hasta siete veces al día al hermano que peca contra nosotros. ¡Tenemos material para un buen examen de conciencia hoy!

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Sor Carolina Flores H.C.