Presentación
“El sí de María, alegría para el mundo”. Este es el título que hemos escogido la comunidad misionera de los PP. Paúles de Pamplona para la Novena a la Virgen Inmaculada de la Medalla Milagrosa de este año.
El Papa Francisco nos acaba de regalar la exhortación apostólica “vive Cristo, esperanza nuestra”, sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, dirigida a los mismos jóvenes y a todo el pueblo de Dios:
“A los jóvenes cristianos les escribo con cariño esta Exhortación apostólica (…) para animarlos a crecer en santidad y en el compromiso con la propia vocación (…), a todo el Pueblo de Dios porque la reflexión sobre los jóvenes y para los jóvenes nos convoca y estimula a todos”.
En el Misterio de la Anunciación, escuela de María, se disciernen las vocaciones desde la escucha y la decisión. La Virgen María, la joven llena de gracia, continúa hablando a las nuevas generaciones, acompañando a cada uno en la búsqueda de su vocación.
El primer momento vocacional, el de la escucha, “se manifiesta en aquellas palabras del ángel: ‘No temas María (…), concebirás un hijo al que darás a luz y le pondrás por nombre Jesús’. Siempre es Dios el que toma la iniciativa de llamar a que le sigan. La llamada a la fe y a un coherente camino de vida cristiana o de especial consagración es un irrumpir discreto, pero fuerte, de Dios en la vida de un joven, para ofrecerle el don de su amor”.
El segundo momento típico de toda vocación es el discernimiento, “expresado en las palabras de María: ‘¿Cómo sucederá eso?’. María no duda, su pregunta no es una falta de fe, sino que expresa su propio deseo de descubrir la ‘sorpresa’ de Dios. En ella hay disposición a acoger todas las exigencias del proyecto de Dios sobre su vida, a conocerlo en todas sus facetas para hacer más responsable y completa su propia colaboración”.
El tercer momento es la decisión que caracteriza toda vocación cristiana, “y queda explícito en la respuesta de María al ángel: ‘Hágase en mí según tu palabra’. Su ‘sí’ al proyecto de salvación de Dios, efectuado por medio de la Encarnación, es la entrega a Él de toda la vida propia. Es el ‘sí’ de la confianza plena y de la disponibilidad total a la voluntad de Dios. María es el modelo de toda vocación y la inspiradora de toda pastoral vocacional”.
Desde este sí de María, alegría para el mundo, queremos durante estos días de la novena profundizar y sintonizar con la acción de Dios en nuestra vida personal, en su llamada permanente y siempre joven para seguir a Jesús y la alegría de su Evangelio. María, que “se la jugó” con su sí en el momento de la Anunciación, es un “lugar privilegiado” donde los jóvenes pueden venir a la búsqueda de la propia vocación.
Ella es “el gran modelo para una Iglesia joven”, cuyo “sí” al ángel no fue una aceptación pasiva o resignada, como un “vamos a ver qué pasa”. Fue un sí atravesado por el dolor de las dudas y complicaciones, pero también por la fuerza del Espíritu que “sostiene y acompaña, cobija y abraza. Ella es la gran custodia de la esperanza” sin condiciones.
La Novena será un momento privilegiado para “llevar el Evangelio de la paz y de la vida a nuestros contemporáneos a menudo distraídos, atrapados por intereses terrenales o inmersos en un clima de aridez espiritual. Se necesitan personas sencillas y sabias, humildes y valientes, pobres y generosas. En resumen, personas que, en la escuela de María, acojan el Evangelio sin reservas en sus vidas”.
Como siempre, queremos recordar: esta guía de la novena es sólo un subsidio litúrgico que debe ser trabajado y adaptado en cada comunidad cristiana. Nos ayudará en la celebración litúrgica y en el seguimiento de Jesucristo, a imitación de María.
No nos olvidemos que la novena es una peregrinación abierta a la sorpresa de un Dios que sigue haciéndose cercano por medio de María.
Fuente: Web de los Misioneros Paúles de la provincia de Zaragoza (España)
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