“Bendeciré al Señor eternamente”
Sab 11, 22-12, 2; Sal 144; 2 Tes 1, 11-2, 2; Lc 19, 1-10.
“El Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estabaperdido”. Así termina el texto evangélico hoy. Para la resolución de un problema lo primero es definir el problema, en este caso, reconocer nuestra necesidad de ser salvados. ¿Nuestra mediocridad nos dice que estamos bien? ¡Qué pena, porque entonces nos negamos a que Jesús obre las maravillas que puede hacer en nosotros!
Zaqueo sí logra la salvación. Busca ver a Jesús con sencillez y sinceridad. Tan lo quiere ver, que se sube a un árbol quedando seguramente en ridículo. Jesús también lo está buscando. Su mirada lo encuentra. Entra luego en la casa de Zaqueo y en su corazón, que se hace sensible, solidario.
¿Qué es aquello que un encuentro más auténtico con Jesús puede hacer en nuestras vidas? Entre otras muchas cosas: sacarnos de nuestra rutina, de nuestra mediocridad, de nuestra instalación.
Jesús nos puede hacer más humanos y más solidarios.
¿De qué nos desea salvar Jesús hoy?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Sor Carolina Flores H.C.
0 comentarios