“La cosecha es mucha y los obreros pocos”
2Tim 4, 9-17; Sal 144; Lc 10, 1-9.
Hoy celebramos la fiesta de san Lucas el evangelista. Su nombre puede significar luminoso o iluminado (viene del latín “luce” = luz). Según la tradición, nació en Antioquía dentro de una familia pagana y fue médico de profesión. Convertido a la fe de Cristo, fue compañero del apóstol san Pablo.
San Lucas escribió dos libros muy importantes: el tercer Evangelio y los Hechos de los Apóstoles. En el evangelio expuso por orden las cosas que Jesús hizo y enseñó. En el libro de los Hechos de los Apóstoles narró los comienzos de la vida de la Iglesia hasta la llegada de Pablo a la ciudad de Roma.
La historia de Lucas muestra a personas que peregrinan en el mundo y que a pesar de vivir en tinieblas, en el sufrimiento, en la desesperanza o en la duda, han llegado a los pies de Dios. Lucas enseña que la búsqueda de Dios y la revelación final son las únicas cosas que dan sentido a la vida. Cuando faltan, se vive sin consuelo ni sabiduría y la vida es vana.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Antonio G. Escobedo Hernández C.M.
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