“¡Ay de ustedes fariseos!”
Rom 2, 1-11; Sal 61; Lc 11, 42-46.
“Pagar el diezmo”: el diezmo significa ofrecer una parte de los productos para recordar que todo viene del Padre (Dt 26, 1-15). La legislación de Israel establece una economía del compartir con la prescripción del diezmo para los pobres. “Ustedes aman el primer puesto”: en lugar de amar a Dios y al prójimo, el fariseo se ama a sí mismo con todo el corazón. Se coloca en el centro de todo. Su persona se convierte en su Dios. “Sepulcros”: los sepulcros eran pintados de color blanco para ser vistos. Así, la gente evitaba hacerse impura al caminar sobre ellos. Los fariseos son sepulcros que no se ven. Ellos que se creen justos viven en la oscuridad de la muerte contaminando a los demás. “Cargas insoportables”: ellos hacen pesado el yugo de la ley. Al yugo le ponen una carreta llena de prescripciones que la hacen imposible de llevar.
Nosotros necesitamos recordar que el yugo de Jesús es suave y con una carga ligera. Su misericordia siempre hace que podamos llevarlo sin lastimarnos.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Antonio G. Escobedo Hernández C.M.
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