El hambre y el desempleo quedaron atrás… En Jundiaí (SP, Brasil), las familias venezolanas tienen la oportunidad de rehacer sus vidas, lejos de las dificultades de su país de origen. Llegaron a Boa Vista (Roraima, Brasil) y desde allí fueron trasladados al municipio en el interior de São Paulo, a través del programa «Caminos de Solidaridad» de Cáritas.
En Jundiai fueron recibidos por el obispo de la diócesis, Mons. Vicente. La diócesis, en asociación con movimientos y entidades católicas, entre las que está la Sociedad de San Vicente de Paúl, apoya a estas familias.
La Conferencia de Nuestra Señora de Todos los Pueblos, del Consejo Particular de San Pablo Apóstol, asiste a la pareja venezolana Angelys Marelys Portuguez Lipora y Henry José Villalba Betancourt, y a sus dos hijos.
Angelys y Henry llegaron a Brasil el año pasado, la mujer embarazada de su segundo hijo. Quería que el bebé naciera en mejores condiciones que en Venezuela. «Vinimos para tener un parto tranquilo y a asegurarnos de que nuestro hijo tuviera buena alimentación y pañales. En nuestro país esto es muy complicado. Para dar a luz en un hospital público, teníamos que pagar, y no hay acceso a medicamentos», dijo la madre de la familia en una entrevista con el periódico «O Verbo».
En el municipio de Jundiaí, la pareja y sus hijos viven en una casa alquilada por la SSVP. Henry, especialista en Mecánica y chef de cocina, consiguió trabajo en un restaurante. Su esposa espera una vacante en la guardería para su hijo menor y también se prepara para entrar al mercado laboral. Es licenciada en Contabilidad y Administración.
La consocia Maria do Carmo Vergílio, junto con los otros miembros de la Conferencia, acompaña a la familia venezolana. Se alegra muhco al ver el progreso de la familia: «Es muy gratificante ver los resultados. Son personas que ya han sufrido demasiado en su país de origen y que sólo quieren empezar de nuevo», concluye.
Fuente: Redacción de SSVPBRASIL – http://www.ssvpbrasil.org.br/
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