Sueño, propósito, objetivo. Todo el mundo tiene que tenerlos en su vida, pues eso es lo que le da sentido. Eso es lo que nos mueve, eso es lo que nos hace levantarnos temprano todos los días, luchar, pelear y volver a la cama con la certeza de que estamos en el camino correcto, y que un día «llegaremos allí»… Así es nuestra vida, vamos tras lo que nos motiva, nos mueve y nos realiza.

Estamos de acuerdo en que todo esto está presente en la Sociedad de San Vicente de Paúl. Soñamos con una gran red de caridad, tenemos el propósito de ayudar a los que más lo necesitan, con el fin de transformar sus vidas. Nuestro principal fundador, Ozanam, era un hombre que sabía con claridad quién era, qué quería y adónde quería ir. Y aquí viene la pregunta: ¿y nosotros? ¿cómo es nuestra vida? ¿tenemos un propósito? Y más allá de tenerlo, ¿tratamos de alcanzarlo? Estas son preguntas pertinentes, no sólo para tener un hermoso desempeño dentro de la SSVP, sino también para brillar en todas las áreas de nuestras vidas. ¿Sabes por qué digo eso? Porque para que podamos mostrar a nuestros Amos y Señores que deben creer en la vida, que deben soñar y, por difícil que parezca, el sueño se hará realidad, necesitamos tenerlo claro en nosotros mismos.

Hablar de ello me recuerda una historia que un consocio de mi área presenció una vez. En un almuerzo para todos las personas asistidas, nos cuenta que estaba jugando con unos niños y le preguntó a uno de ellos cuál era su sueño, qué quería ser cuando fuera grande. El niño respondió rápidamente: «Tío, cuando crezca, quiero ser vicentino como tú»… No sé a ti, pero a mí me conmueve. Fíjate en el papel que jugamos en la vida de las personas, cuánto impactamos sus vidas, cómo inspiramos y somos un ejemplo para muchos, y tal vez no nos damos cuenta de semejante grandeza.

Juventud vicenciana: tenemos la fuerza para cambiar el mundo a través del amor. Somos continuadores del sueño de Ozanam, somos propagadores de justicia. No tengamos miedo de los desafíos, son los que nos hacen crecer. No tengamos miedo de soñar en voz alta, de soñar a lo grande: son estos sueños los que inspiran a todos los que nos rodean. ¡Tened un propósito! ¡Creedlo! Somos un espejo. Recordemos siempre que la pasión por la SSVP transforma y mejora no sólo nuestra vida, la suya, la mía, la nuestra, sino sobre todo la de aquellos que más nos necesitan: los pobres a los que asisitimos. El papa Francisco ya les dijo a los jóvenes: «Tened valor. No tengas miedo de soñar cosas grandes». ¡Eso es! Inspirados por Ozanam y motivados por nuestro querido papa, tengamos el valor de ser luz, no sólo a través de nuestros sueños, sino también a través de nuestros propósitos y objetivos, para iluminar los caminos de aquellos que creen que el mundo es sólo tinieblas y, con nuestro testimonio, involucrar los corazones de muchas personas. Y tengamos en cuenta que más importante que entregar canastas, es entregar sueños.

Consocia Raquel Krul,
Coordinadora de Jóvenes del Consejo Metropolitano de Curitiba
Fuente: http://www.ssvpbrasil.org.br/