Ex 33, 7-11; 34, 5-9. 28; Sal 102; Mt 13, 36-43.

Hoy celebramos a San Justino de Jacobis, misionero vicentino italiano y obispo, que se entregó al apostolado heroico y a la formación del clero indígena en Etiopía. Sufrió cárcel y muchas tribulaciones. Canonizado por Pablo VI, en 1971.

“Te suplico, Señor, que vengas con nosotros, aunque seamos un pueblo de cabeza dura…”(Ex 34, 8-9). ¿Somos un pueblo de cabeza dura?

Jesús ha puesto en el mundo, en nosotros, en nuestros corazones, su palabra de amor, que nos guía por el camino del bien. ¿Estamos en verdad siguiendo el camino de Jesús? Tal vez la dureza de nuestro corazón nos lleva por el camino equivocado y caprichoso, que conduce a la autocomplacencia, y que no tiene nada que ver con el compromiso de amor que tenemos con Jesús, de atender a quienes nos necesitan: familia, sociedad.

Si somos personas privilegiadas que sabemos que somos hijos predilectos de Nuestro Padre Celestial, ¿cómo es que no nos damos cuenta del infinito amor que Él nos tiene?

Él sabe de lo que estamos hechos, y aun así nos ama infinitamente y siempre nos perdona.

Seamos pues, capaces con la gracia de Dios, de corregir nuestro camino y seguir a Jesús.

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Corina Garza