Mientras nos acercamos a la Asamblea General Nacional de la Sociedad de San Vicente de Paúl en junio de 2019, me gustaría compartir y reflexionar sobre la declaración de la misión de la Sociedad aquí en Canadá. Nuestra misión es:
Vivir el mensaje del Evangelio sirviendo a Cristo en los pobres con amor, respeto, justicia y alegría.
Creo en este mensaje y encuentro que es un gran recordatorio de por qué hacemos lo que hacemos como vicencianos. Atender a los necesitados con AMOR significa aprovechar cada oportunidad que tenemos para interactuar con nuestros amigos los necesitados y hacer que cada «visita» sea más que una forma de asistencia. La visita también nos permite escuchar y desarrollar una verdadera amistad con cada persona y familia. Este compromiso debe hacerse con AMOR.
Siempre debemos RESPETAR a quienes visitamos y no juzgarlos, sino observar su situación y valorar formas de poder ayudarlos a afrontar los desafíos que enfrentan todos los días. Escuchar primero y luego dialogar sobre sus necesidades y posibles soluciones.
La JUSTICIA también es algo que todo ser humano merece y, si bien puede significar muchas cosas, debemos buscar maneras de poder aconsejar o ayudar a aquellos a quienes servimos, para abogar por cualquier cambio necesario en la asistencia social que reciben o cómo podemos ayudarlos a descubrir los recursos existentes que podrían ayudar a sus familias.
La ALEGRÍA es un término que los vicencianos pueden olvidar fácilmente. Siempre debemos recordar que tenemos la bendición de poder ofrecer amor, respeto y justicia a nuestros amigos necesitados. Siempre debemos comprometernos con los necesitados en un verdadero sentido de alegría al poder compartir nuestro carisma vicenciano con los demás. Es fácil olvidar cómo una sonrisa o una palabra amable pueden hacer que el día sea un poco más brillante para los demás.
Llamamos a esto una declaración de misión, ya que realmente refleja el hecho de que tenemos una misión como vicencianos. Si siempre podemos recordar que nuestra misión es demostrar amor, respeto, justicia y alegría, encontraremos la satisfacción de haber vivido el mensaje del Evangelio.
Sobre el autor:
Jim Paddon vive en London, Ontario, Canadá y es ex-presidente del Consejo Regional de Ontario de la Sociedad de San Vicente de Paúl. Actualmente es presidente del Comité Nacional de Justicia Social de la Sociedad en Canadá. Está casado con su querida esposa Pat y tienen seis hijas y once nietos. Jim ha sido miembro de la Sociedad desde los años 70.
Las opiniones expresadas son las del autor y no representan oficialmente las de la Sociedad de San Vicente de Paúl.
0 comentarios