Hch 20, 17-27; Sal 67; Jn 17, 1-11.
“Padre, ha llegado la hora …”
El Evangelio de San Juan relata en el capítulo segundo el milagro las bodas de Caná. En dicho relato escuchamos que Jesús al principio dice a María “Mujer, aún no ha llegado mi hora”. Pues bien, en el pasaje de hoy Jesús habla de la hora. Ha llegado la hora de glorificar al Padre cumpliendo hasta el final su voluntad. Es el momento de la aceptación del Hijo para que Dios se muestre en el amor, un amor que no escatima nada, que no rehúye ni el sufrimiento ni la muerte.
Quizá no podamos entender del todo lo que significa que Jesús se entregue para glorificar al Padre.
Aunque podemos comprender que hay una hora determinada para glorificar al Padre, esa hora que no podemos eludir de mirar nuestra propia vida y preguntarte ¿qué hemos hecho para la construcción del Reino?
Al mirar tu vida, puedes sentir la invitación para ser partícipe de un mejor mundo, un mundo de servicio, atención a los demás, de ser más fraterno, etc. Incluso la tarea no es sólo tuya, Dios camina contigo, con nosotros, para que su reino se manifieste.
Amig@ lector ¿ya ha llegado tu hora de glorificar al Padre?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Seminaristas del Seminario Mayor Vicentino de Tlalpan, Cd. de México
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