En los Estados Unidos, la Sociedad de San Vicente de Paúl está incrementando sus esfuerzos de promoción para ser una Voz de los Pobres más efectiva. Lo estamos haciendo con dos iniciativas principales: un liderazgo creciente a nivel diocesano y una mejor participación de aquellos a quienes servimos para que aboguen por sí mismos. Nuestro objetivo es alzar las voces de quienes a menudo se ignoran en los procesos políticos, y ayudarlos a influir mejor en los problemas que más directamente afectan a ellos mismos y a sus comunidades.

Este no es un nuevo enfoque. La gente ha estado organizando la comunidades y desarrollando a líderes locales durante muchos años. Y hemos aprendido mucho de ese trabajo. Sabemos que no podemos simplemente tener personas que, viviendo en vecindarios agradables, aboguen por viviendas asequibles. También debemos contar con personas que viven en condiciones por debajo del nivel medio, que nos acompañen a una reunión del consejo de la ciudad, para ayudar a los líderes cívicos a entender los problemas. Para lograr eso, usamos nuestra influencia y capital social para abrir puertas para aquellos a quienes servimos. Y, en el proceso, transferir ese capital social.

No estamos haciendo esto porque es lo mejor que se puede hacer o conseguir puntos con San Pedro. Estamos haciendo esto porque empoderar a las personas es lo que enseña nuestra Regla:

«Los Vicentinos intentan ayudar a los pobres a conseguir la autopromoción cuando es posible y a ser conscientes de forma práctica, de que pueden forjar y cambiar su propio destino y el de su entorno” Regla 1.10

Y es una de las maneras más efectivas en que podemos conseguir que la gente supere sus necesidades.

“Cuantos más activos tenga una persona, tanto internamente (habilidades de resolución de conflictos, sentido de propósito, etc.) como externamente (vivienda, transporte, etc.), más probabilidades tendrá de triunfar». Dra. Donna Beegle, See Poverty…Be the Difference

Este enfoque nos obliga a cambiar sistémicamente nuestro pensamiento. Hacemos un trabajo maravilloso en las visitas domiciliarias. Pero, con demasiada frecuencia, es un «hacer» para acompañar el proceso de la persona. Pagamos su renta o sus necesidades materiales. Entonces rezamos y esperamos lo mejor. Sin embargo, cada vez más vicentinos se hacen preguntas más profundas durante la visita domiciliaria y buscan formas de entusiasmar a la familia y vincularla con recursos para llevarlos a la estabilidad financiera.

Desde 2012, cuando un pequeño grupo de nosotros obtuvimos la certificación en el taller del Proceso de la AHA Getting Ahead in a Just Getting By World, los vicentinos han conectado a cientos de personas financieramente vulnerables con recursos de la comunidad que los ayudarán a acercarse a la estabilidad. Este enfoque se está utilizando en más de 35 ciudades de los Estados Unidos. Además, hemos iniciado programas para reducir la reincidencia de personas formalmente encarceladas y les ayudamos a abogar por eliminar las barreras laborales y de vivienda para estos ciudadanos cuando salen de su reclusión.

Hemos hecho mucho más que sumergir nuestros dedos en el grupo de empoderamiento. Ahora es el momento de hacer una inmersión profunda.

Cuando estaba preparando este escrito, escuchaba una canción que me pareció una bendición. Es de principios de los 70 y el título es la instrucción: “(For God’s Sake) Give More Power to the People” [(Por el amor de Dios) Dad más poder a la gente]. Cuando se publicó, se pensó en una canción de protesta. ¡Ahora, creo que nos está hablando a nosotros!

Jack Murphy es el presidente de la Conferencia de Santo Tomás de Aquino en Alpharetta, GA, Estados Unidos. Es el Presidente Nacional de Cambio Sistémico y Abogacía de los Estados Unidos. Si desea ver a los dos nietos que él y su esposa Nancy tienen en gran estima, búsquelo en su página personal de Facebook. También puede seguir la página de Facebook de Voice of the Poor (https://www.facebook.com/Voice-of-the-Poor-147163592040872/).

Nota del editor:  Este es un grupo de miembros de la Familia Vicenciana que se reúnen regularmente a solicitud de los líderes de sus respectivas ramas. Sus reflexiones no representan la política de la Familia Vicenciana, pero se comparten para estimular nuestra reflexión y acción. Los comentarios son muy apreciados.