Hch 9, 31-42; Sal 115; Jn 6, 60-69.
“Tú eres el Santo de Dios”
Pedro es el primero de los discípulos. El que siempre toma la palabra y se atreve a decir lo que nadie: que Jesús es el Señor, el Santo de Dios, el mismísimo Dios. El primero en percatarse de la resurrección de Jesús, y por ello, en quien los demás encuentran el cimiento de su fe. La importancia de Pedro fue tal, que se convirtió en punto de referencia para toda la Iglesia, aun cuando ésta se extendió más allá de Palestina.
Pedro se escandaliza de lo que dice Jesús, pues la predicación del Maestro está fuera del esquema social y religiosos. Pero no se asusta y se va, como otros discípulos, decide quedarse para seguir escuchando más de él. Se atreve a adentrase a la profundidad del mensaje del Reino ofrecido por Jesús, un atrevimiento que pocos han tenido.
Que se diga de nosotros que somos atrevidos y soñadores, capaces de proclamar lo impensable y anunciar la superación de todo fracaso, como Pedro; pero que no se diga nunca que nos echamos para atrás, o que no fuimos capaces ed encontrar la luz y la verdad, porque nos escandalizamos del proyecto de Jesús.
Que Pedro nos acompañe y nos anime.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Seminaristas del Seminario Mayor Vicentino de Tlalpan, Cd. de México
0 comentarios