«¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?»
Hech 4, 23-31; Sal 1; Jn 3, 1-8.
Es un diálogo hermoso y profundo el de Jesús con Nicodemo. Jesús le dice que, para entrar en la dinámica del Reino de Dios, tiene que nacer de nuevo. Entonces viene la pregunta de Nicodemo: ¿Cómo nacer siendo viejo?
¿Cómo creer en el amor si tu corazón está roto, o endurecido o marchito? ¿Cómo correr y saltar por la vida si tu esperanza se ha apagado, si tus planes se han frustrado uno a uno? ¿Cómo creer que la vida es un regalo precioso si lo único que valoras es llenarte de cosas, que terminarán aplastándote? ¿Cómo soñar un futuro dichoso para todos si sólo miras tu propio provecho y bienestar?
Si tu corazón está viejo y tus músculos atrofiados; si tu esperanza no brilla por ningún lado, si no tienes sueños ni te saltan las lágrimas de gozo ante el milagro de la vida… entonces estás viejo, no importa la edad que tengas.
¿Cómo nacer siendo viejo? –Tienes que nacer del agua y del Espíritu; dejar que el Espíritu Santo (quien ya vive en ti) te inunde como un tsunami de luz, de gozo, de vida nueva. Entonces habrás renacido y el Reino de Dios tendrá en ti a un aliado, un obrero que trabajará sin cansarse en la construcción de la civilización del amor.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: P. Silviano Calderón S., cm
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