Completar lo que falta a los padecimientos de Cristo

por | Abr 11, 2019 | Formación, Reflexiones, Ross Reyes Dizon | 0 comentarios

El que aguanta nuestros dolores, consuma en la cruz nuestra redención.  Contemplarlo con llanto es comprometernos a completar en nuestra carne lo que falta a sus padecimientos (véase Col 1, 24).

No es que no baste la obra de Cristo (véase The New Jerome Biblical Commentary [1990] 54:16).  Completar lo que falta quiere decir más bien participar en los padecimientos por el Evangelio (véase 2 Tim 1, 8).  O, como lo expresa san Agustín, faltan nuestros padecimientos.  Por eso, deben ser añadidos, pues somos miembros del cuerpo de Cristo.

En otras palabras, contemplar la cruz para honrarla es comprometernos a «toda clase de sufrimientos» (SL.ES:763).  Esto significa aceptar la invitración de Jesús a que tomemos nuestra cruz y lo sigamos en la evangelización de los pobres.

Y el mundo odia a cuantos pertenecen verdaderamente a Jesús, pues el mundo lo odia primero (Jn 15, 18-20).  Lo persiguen los mundanos, por eso persiguen también a sus siervos.  Los reprenden asimismo a él y a sus seguidores.  Está de más decir, pues, que esos odiadores no dejan de completar la medida de sus antepasados (Mt. 23, 32).

No toleran además que Jesús los llame hipócritas, hijos del Padre de la mentira.  Así que los discípulos que denuncian a los mentirosos sufren las peores consecuencias de la ira de las fuerzas de la oscuridad.

Ni soportan los mentirosos la novedad que introducen Jesus y sus seguidores ni la cuestión en la que ponen éstos las observancias tradicionales.  No les gusta tampoco a los tradicionalistas tener algo que ver con hacerles caso a las mujeres o reconocer sus derechos.  O con dar consideración e incluso esperanza a los criminales y pedir perdón en favor de los culpables.

Y les resulta extraña a los guardianes de las tradiciones la «autoridad» que no domina a nadie, sino que sirve y se somete a la muerte.  A la muerte abnegada e indefensa en la cruz.  Con todo, solo tal abnegación nos puede saciar o completar; esa indefensión nos ayuda a salir del bache de pecado, sufrimiento y muerte.

Señor Jesús, nos acordamos en tu Cena de que vivimos en ti por tu muerte y que hemos de morir en ti por tu vida (SV.ES I:320).  Haz que tengamos hambre y sed de justicia, para que nos podamos saciar, completar.

14 Abril 2019
Domingo de Ramos (C)
Lc 19, 28-40; Is 50, 4-7; Fil 2, 6-11; Lc 22, 14 – 23, 56

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