El 2 de abril, el Vaticano publicó la Exhortación Apostólica Postsinodal CHRISTUS VIVIT, del Papa Francisco, documento que surgió luego del Sínodo de los Obispos sobre los Jóvenes. El documento ya se esperaba con ansias por los católicos por la importancia que tiene para la gran fuerza de la Iglesia: la Juventud.
El Papa Francisco firmó la Exhortación Apostólica Postsinodal Christus vivit el pasado 25 de marzo de 2019 en el Santuario Mariano de la Santa Casa de Loreto. Según reconoce en la misma Exhortación, para su elaboración se inspiró en los temas, debates y conclusiones del Sínodo de los Obispos que se reunió en Roma del 3 al 28 de octubre sobre el tema los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.
Andrés Felipe Rojas – https://www.corazondepaul.org/
Exhortación Apostólica Postsinodal
CHRISTUS VIVITDEL SANTO PADRE
FRANCISCOA LOS JÓVENES Y A TODO EL PUEBLO DE DIOS
1. Vive Cristo, esperanza nuestra, y Él es la más hermosa juventud de este mundo. Todo lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida. Entonces, las primeras palabras que quiero dirigir a cada uno de los jóvenes cristianos son: ¡Él vive y te quiere vivo!
2. Él está en ti, Él está contigo y nunca se va. Por más que te alejes, allí está el Resucitado, llamándote y esperándote para volver a empezar. Cuando te sientas avejentado por la tristeza, los rencores, los miedos, las dudas o los fracasos, Él estará allí para devolverte la fuerza y la esperanza.
3. A todos los jóvenes cristianos les escribo con cariño esta Exhortación apostólica, es decir, una carta que recuerda algunas convicciones de nuestra fe y que al mismo tiempo alienta a crecer en la santidad y en el compromiso con la propia vocación. Pero puesto que es un hito dentro de un camino sinodal, me dirijo al mismo tiempo a todo el Pueblo de Dios, a sus pastores y a sus fieles, porque la reflexión sobre los jóvenes y para los jóvenes nos convoca y nos estimula a todos. Por consiguiente, en algunos párrafos hablaré directamente a los jóvenes y en otros ofreceré planteamientos más generales para el discernimiento eclesial.
4. Me he dejado inspirar por la riqueza de las reflexiones y diálogos del Sínodo del año pasado. No podré recoger aquí todos los aportes que ustedes podrán leer en el Documento final, pero he tratado de asumir en la redacción de esta carta las propuestas que me parecieron más significativas. De ese modo, mi palabra estará cargada de miles de voces de creyentes de todo el mundo que hicieron llegar sus opiniones al Sínodo. Aun los jóvenes no creyentes, que quisieron participar con sus reflexiones, han propuesto cuestiones que me plantearon nuevas preguntas.
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