Juventud Mariana Vicenciana, en su página de Facebook, ha ido recopilando, a lo largo del mes de febrero, varios testimonios de participantes en la reciente Jornada Mundial de la Juventud de Panamá. Son, sin duda, poderosos mensajes que nos hablan de una intensa experiencia espiritual en su peregrinación al encuentro del papa Francisco. Los vamos a ir publicando también en famvin.org, por su evidente interés para toda la Familia Vicenciana:
Cuando me piden que escriba mi testimonio del Encuentro Juvenil Vicentino y la Jornada mundial de la juventud, solo pienso… Señor como puedo contar todas las experiencias vividas en unos simples renglones.
Todo inicia en la búsqueda de una empresa para poder hacer mis prácticas de estudio, luego de pasar por varias entrevistas recibo un mensaje donde me proponen trabajar en algo relacionado.
Desde este momento me encuentro entre la espada y la pared ya que una parte de mí quería aceptar porque necesitaba el empleo y la otra parte se negaba a trabajar en un ambiente religioso; de no ser por mi familia que me impulsó a decir SI, en estos momentos no sería la persona que soy ahora.
En el trabajo conocí personas que me ayudaron en la reconciliación con ese Dios misericordioso y lleno de amor que se manifestó a través de mi compañero y mejor amigo Fernando Rueda quién me motivó a ser parte de JMV.
Poco a poco me fui vinculando al grupo vicentino, no sólo asistiendo a los encuentros formativos, sino participando en la comisión y junta coordinadora vicentina donde al transcurrir el tiempo me voy formando y a la vez conociendo el carisma Vicentino.
En este momento inicia el sueño no sólo de participar en la JMJ sino también de conocer delegaciones de otros países que compartimos la espiritualidad de San Vicente de Paúl. El 15 de enero en la Eucaristía de envío se percibía la alegría y las expectativas por vivir estos 15 días que cambiaría nuestras vidas.
Emprendimos el viaje 28 personas de la delegación Vicentina de Colombia con el fin de crecer y compartir nuestro carisma e ideas en el EJV. Llegar a Panamá y respirar ese aire de hermandad, de personas acogedoras que desde el primer momento nos hicieron sentir en casa con su alegría, entusiasmo y diversión.Hoy digo que todo lo vivido fueron bendiciones, compartir con todos durante las catequesis, en medio de la oración, en las comidas y en los momentos de integración me hizo sentir en familia.
Durante el EJV experimente el amor tan grande que Dios nos tiene, porque me permitió conocer personas increíbles, hacer lazos de amistad que a pesar de la distancia se mantendrán porque compartimos un mismo sentir.
Los que nos atrevimos a estar-estar durante la JMJ reafirmamos la importancia de María en nuestro caminar, para que a través de ella logremos llegar a Jesús.
Sentir mi corazón palpitar más rápido con la llegada del Papa Francisco ver su mirada bondadosa y generosa e imaginar que es Jesús quién nos bendice y nos perdona, sentir la piel de gallina cada vez que pasó y se dirigió a nosotros diciendo que somos el ahora.
Gracias Papa Francisco por confiar en nosotros por animarnos a seguir a Jesús y a decirle SI como María, agradezco a Panamá por su hospitalidad, su generosidad, su calidez, su atención a todos los peregrinos; también agradezco a todas las personas que me animaron a no desistir de este sueño. Si Dios lo permite nos vemos en Lisboa.»
Leidy Estupiñán
JMV Colombia
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