Juventud Mariana Vicenciana, en su página de Facebook, ha ido recopilando, a lo largo del mes de febrero, varios testimonios de participantes en la reciente Jornada Mundial de la Juventud de Panamá. Son, sin duda, poderosos mensajes que nos hablan de una intensa experiencia espiritual en su peregrinación al encuentro del papa Francisco. Los vamos a ir publicando también en famvin.org, por su evidente interés para toda la Familia Vicenciana:
Las cosas de Dios no son aburridas, la alegría de ver a los jóvenes en las calles cantando, alabando, riendo, son momentos que llevo grabados en mi corazón.
Sin duda alguna, Dios se manifestó de muchas maneras en este viaje. Al principio creía que no podría viajar a Panamá porque aún soy menor de edad y pensé que mi mamá no me dejaría, pero una vez más Dios tenía un plan para mí. Mi mamá no dudó en dejarme participar del encuentro y en todo momento me apoyó. Gracias Mamá.
Mi experiencia en mi primera JMJ fue de completo aprendizaje, llevó muchas lecciones que ahora me toca ejercer. Vivir esta experiencia hizo que saliera de mi zona de confort. El ver a tantos jóvenes gritando, saltando, alabando sin sentir ningún tipo de vergüenza, viéndose como si fueran solo ellos y Dios, me confirmó que el amor de Dios es tan grande que te llena completamente y te hace sentir que no necesitas más. Fue tan desmedido el sentimiento que yo misma Valeria, la que está escribiendo esto, dejé de lado mis inseguridades y decidí gritar fuerte que Dios es grande y que me ama a pesar de todo.
Desde antes de que comenzará el encuentro, vi a los jóvenes en el aeropuerto con sus guitarras, cantando y alabando, haciendo de la sala de embarque un lugar lleno de Dios. Gracias chicos por ser testimonio.
El Encuentro Juvenil Vicentino me demostró que somos una familia tan grande y creyente. Aquella noche de adoración fue tan hermoso. Cristo nos une y nos trasmite su amor a través de las personas. En este encuentro conocí personas que están dispuestos a trabajar para lograr un cambio y ser luz en el mundo estando al servicio del más pobre. Sin dudarlo, aquella persona que dice Sí y se entrega a Dios, esa persona solo trasmite amor. Agradezco a cada persona que hizo de este encuentro algo especial para mí, Dios permita que nos volvamos a encontrar.
Las adoraciones al Santísimo sin duda me dejaban sin palabras, sentir esa conexión, es el sentimiento más puro que hay. Dios habla y es cuestión de dejarlo actuar en nosotros para poder dar un giro de 360º y comenzar de nuevo.
Las cosas de Dios no aburren y quizás la sociedad quiera meternos ese chip, pero es tarea de nosotros los jóvenes, quienes como dijo el Papa, no somos el futuro, somos el presente, actuar y usar las herramientas que nos dan para dar a conocer que la verdadera felicidad se encuentra en Cristo.
Decir que Dios me ama, me cuida y quiere mi felicidad solo hace que me sienta especial. La alegría se lleva en el corazón, Dios reina en mi corazón y me niego a dejarlo ir.
Cada joven que vivió la experiencia tiene una tarea grande, empezando por compartir lo vivido, estas experiencias no son para dejarlas en un simple recuerdo, la misión continúa y el mundo espera por nosotros.
Bendecida seas Panamá, gracias por abrirnos las puertas y por hacer de esta jornada una gran manifestación de Fe.
“A Jesús por María” ?
Valeria Villanueva Huancayo
JMV-Perú
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