Entrevistamos a Aitor Moriano, consocio de la Conferencia Beato Contardo Ferrini, presidente del Consejo Particular de Bilbao desde el pasado 6 de junio de 2018. Aitor nos conquista por su energía y vitalidad y trae, sin duda, energías renovadas para la SSVP. Nos cuenta cómo agradece a su abuela Honorata que le transmitiera la fe. Y recuerda con mucho cariño asistir con ella a misa en Arenillas de Riopisuerga en Burgos, donde veraneaba en su infancia.
Aitor, ¿Cómo llegaste a la SSVP?
Me afilié a la Sociedad hace ahora 5 años, pero la conocí hace 18 años a través de dos consocios: Federico del Moral y Luis F. Zayas. Fue este último, presidente de la que es ahora mi Conferencia, el que me invitó a entrar.
¿Por qué decidiste quedarte en la SSVP?
A raíz de entrar en la Conferencia comencé a visitar a familias y eso fue lo que me enganchó. Es algo que me llena. Les aporta a ellos, a las familias que asistimos porque les ayudamos, y uno mismo se reconforta al ver cómo después de la visita eres capaz de sacarles una sonrisa, al sentir el vínculo que se va formando y que te convierte en uno más, ¡te llaman para interesarse hasta cuando estás enfermo!
¿Cómo encuentras la Sociedad, y cuáles son tus principales objetivos en este tiempo de presidencia?
Lo que veo ahora es gente de edad pero con un corazón y un espíritu muy joven. Yo quiero aportarles todo lo que pueda.
¿Y cómo?
Motivándoles, animando, intentando hacer crecer las Conferencias, tengo que encontrar las fórmulas para lograrlo. Conseguir más voluntarios pero, sobre todo, más consocios, nuevos compañeros para la Sociedad. Cuando deje la presidencia, quiero irme con el agradable sentimiento de haber hecho todo lo que está en mi mano.
¿Crees que ser miembro de una Conferencia y pertenecer a la SSVP te ayuda en tu vida personal? ¿Qué te aporta?
Claro, no tengo duda. Para mí la visita semanal, esas personas a las que visitamos son un regalo que, como nosotros decimos, “nos ha caído del cielo”. A nivel personal me llena muchísimo.
¿Hay algún caso de visita que te haya marcado de forma especial?
Cada visita es diferente, cada familia es diferente y hay que quedarse con lo bueno que te aporta cada cual. Hay casos más agradables o menos, pero de los que siempre aprendes.
El último caso que me ha dado mucha alegría es que pudimos ayudar a una anciana a buscar una residencia. Ella quería y no podía porque no tenía medios, así que por fin lo conseguimos, y es una residencia en muy buenas condiciones. La mujer se despidió de nosotros llorando, y es una sensación con la que te vas a la cama y te da mucha felicidad.
¿Cómo compaginas tu vida familiar con tu labor y el tiempo que dedicas a la SSVP? Imagino que ser presidente conlleva mucho más tiempo y responsabilidad.
(Aitor no puede evitar reírse cuando le hago esta pregunta)
Pues…. Voy derrapando para llegar a todos los sitios. Entre atender a mi niño, Mateo, que es pequeño, hacer las cosas en casa y el trabajo, no te da la vida. Creo que la clave está en intentar ser ordenado, tener muy claras las cosas a llevar a cabo cada día y ser disciplinado con las visitas.
Además de las visitas, ¿qué otra obra social destacarías de las que lleváis a cabo?
Para nosotros, es muy importante la labor que se realiza en el Patronato.
¿Nos cuentas un poquito más?
Nació en 1887 de las Conferencias de San Vicente de Paúl y se tiene como el origen de toda la obra social católica de Vizcaya. Hoy es un sitio desde donde los niños reciben apoyo escolar. Se les proporciona refuerzo para todas las asignaturas, pero siempre está de fondo el objetivo de inculcarles unos valores y una espiritualidad católica.
De las tres provincias del País Vasco, sólo hay Conferencias en Vizcaya, ¿cómo ves la posibilidad de crear Conferencias en otros lugares?
Lo veo posible, pero primero creo que hay mucho por hacer aquí. No obstante, para mí el plan de acción estaría en torno a dos ramas: publici-tarnos a nivel nacional haciendo una buena campaña para darnos a conocer y a través de la Formación, con la idea de que ésta nos capacite para captar gente. Se harán muchas cosas, pero poco a poco.
Fuente: Revista Ozanam, Noviembre – Diciembre 2018, nº 1650.
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