«Recibirán cien veces más en esta vida»
Sir 35, 1-15; Sal 49; Mc 10, 28-31.
En la continuación del relato evangélico del hombre rico al que le cuesta desprenderse de sus bienes, los discípulos han quedado con un serio cuestionamiento: ¿entonces quién podrá salvarse? La respuesta de Jesús es que para Dios no hay imposibles, Pedro inmediatamente trata de asegurar los pasajes para el Reino: “Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido”. No es un curarse en salud, no es un reclamo, es el Pedro humano que espera recibir su recompensa por el trabajo. Jesús es contundente, el que trabaja por el Reino, tendrá fruto en esta vida y en la otra.
“El que guarda los mandamientos ofrece un sacrificio de acción de gracias” dirá la primera lectura y “recibirá el ciento por uno en esta vida, junto con persecuciones; –que las cosas no son de gratis– y en el otro mundo la vida eterna” completará el Evangelio.
Definitivamente, cuando nos encargamos de las cosas de Dios, Él se encarga de las nuestras; cuando trabajamos por el Reino, Él reina en cuanto trabajamos. Desentendámonos entonces un poco de las seguridades materiales para así poder cantar con el salmista: “Dios salva al que cumple su voluntad”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: José Luis Rodríguez Vázquez
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