Gn 3, 1-8; Sal 31; Mc 7, 31-37.
“Y se ocultaron de su vista entre los árboles del jardín”.
Nuestro Padre Dios quiere que vivamos, por eso mandó a su Hijo Jesús, para que fuésemos salvados por él; la muerte ya no tiene poder sobre nosotros.
El libro del Génesis, el día de hoy, nos narra el diálogo de Eva con la serpiente. Eva es engañada, la serpiente es mentirosa, le dice que si come del fruto del árbol que está en medio del jardín no morirá. Esto era mentira e implicaba ir en contra de la voluntad de Dios, escuchar otras voces y olvidar las del Padre. “Eso de que ustedes van a morir no es cierto”, le dice la serpiente a Eva.
Siempre que nos alejamos de la Palabra de Dios corremos el riesgo de caer en los engaños de falsas promesas que nos llevan a la muerte de la alegría, del entusiasmo, de la esperanza y de la entrega generosa a los demás.
No tengamos miedo a la muerte, nuestro final no acaba allí, Jesucristo triunfó sobre la muerte, resucitó y vive eternamente.
En el Evangelio de Juan, Jesús le dice a Marta: “Yo soy la resurrección, el que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?”.
¿Tú le crees a Jesús o a la serpiente?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Gladys López Pérez, hc
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