“Nada que entre de fuera puede manchar al hombre”.
Gn 2, 4-9. 15-17; Sal 103; Mc 7, 14-23.
Actualmente existen varias opciones de alimentación para llevar una vida saludable; se recomiendan ciertos suplementos alimenticios, ciertos tipos de leche, ciertos tipos de carne, de verduras, etc. También para mantener un cuerpo sano se puede ir al Gym y practicar determinados ejercicios físicos.
Para realizar todo lo anterior, se necesita de disciplina, de voluntad, de inversión de tiempo, dinero y esfuerzo. Sin embargo, no siempre tomamos en cuenta, o no le damos la importancia necesaria, al cuidado de nuestro interior.
Ciertamente somos un todo y es necesario cuidar cada una de las dimensiones que nos conforman como seres humanos; al respecto, el Evangelio de hoy nos recuerda que lo que sale de nuestro interior, lo que sale de nuestro corazón, es lo que nos contamina. Jesús es muy claro, dice que del corazón salen las maldades. Esas maldades, esos pecados, nos hacen daño en primer lugar a nosotros mismo y luego a los demás.
En otro pasaje del Evangelio Jesús menciona: “Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón”. Es el maestro, aprendamos de él. Alimentémonos de él y de su palabra, no busquemos suplementos alimenticios innecesarios.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Gladys López Pérez, hc
0 comentarios