Jesús es el Ungido con el Espíritu Santo y el Enviado de Dios a evangelizar a los pobres. Nos quiere semejantes a él, evangelizando también a los pobres, movidos por el Espíritu.
Los cristianos pretendemos hacernos semejantes a Jesucristo. Buscamos conformarnos con él, con su forma de ser, pensar, sentir y actuar. Todo esto, sin embargo, requiere que le conozcamos realmente.
Y en el Evangelio de hoy se nos revela Jesús por medio de su intervención en el culto en la sinagoga de Nazaret. Esa intervención se nos relata detalladamente.
Se pone de pie Jesús para hacer la lectura. Recibe a continuación el rollo del profeta Isaías. Lo desenrolla y, encontrando un pasaje, lo lee. Después de leer, enrolla el rollo y se lo devuelve al ayudante. Se sienta luego para explicar la lectura. Y él comienza a decirles: «Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».
Tales detalles marcan la suma importancia de lo que hace y dice Jesús. Nos invitan a mantener los ojos clavados en él y a escucharle con atención. Es de esperar que, perdiéndonos ningún detalle, logremos conocerle debidamente y entender con certeza su unción y misión.
Huelga decir que Jesús se revela como el Evangelizador de los pobres. Y, seguramente, es el Espíritu Santo quien le impulsa a ir a las periferias, a hacer suya la opción por los pobres.
Nos dice además Jesús que él es el hoy de los necesitados. En otras palabras, él cumple todas las esperanzas, todos los deseos y sueños de los pobres. Él es su Salvador. Y dejan claro los prodigios de Jesús que él no solo toma la salvación por algo espiritual, si bien son indudablemente señales de ella. Así que los salva de todas las maneras, remediando sus necesidades tanto corporales como espirituales.
Los cristianos, en particular los vicentinos, se hacen semejantes a Jesús y lo siguen cuando ayudan a los pobres de todas las maneras.
Hacernos semejantes a Jesús es «conformar nuestros pensamientos, nuestras obras y nuestras intenciones a las suyas» (SV.EN XI:383). ¿Y qué quiere decir ser nosotros semejantes a Jesús y compartir el carisma vicenciano que también viene de un solo Espíritu? Significa «evangelizar de palabra y de obra» (SV.EN XI:393), lo que concreta san Vicente detalladamente. Debemos leerlo o oírlo una y otra vez. Pero importa sobre todo que hoy se cumpla lo que leemos o oímos.
Señor Jesús, haz que seamos semejantes a ti, comprometidos con los pobres, como nos lo pide la Eucaristía (CIC 1397).
27 Enero 2019
3º Domingo de T.O. (C)
Neh 8, 2-4a. 5-6. 8-10; 1 Cor 12, 12-30; Lc 1, 1-7; 4, 14-21
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