“Yo lo he visto y doy testimonio de que ése es el elegido de Dios”
1 Jn 2, 29-3,6; Sal 97; Jn 1, 29, 34.
Él es el que viene, el que toca a tu puerta, el que quiere encontrarte, el que te invita a conocerlo, el Cordero de Dios, el que bautiza con Espíritu Santo, el elegido de Dios. Así nos lo presenta el Bautista.
¿Qué vas a hacer ante esta insistente venida? Vino ayer a tu vida y tocó, y acaso no estabas. Viene hoy de nuevo con amor insistente y volverá mañana a tocar tu puerta, por ver si al fin le abrimos. Y, si le abrimos, nos tocará la lotería y la revolución. La casa de nuestra vida se llenará de sentido, luz y sabor. Revolucionaremos nuestros cimientos, nuestra manera de mirar y de juzgar. Y tiraremos por la coladera la flojera, los complejos, el culpar a los demás o la neutralidad ante la suerte de los pobres. Y nuestra fe que teníamos en “arresto domiciliario” se hará valiente, llena de la “parresía” de los primeros discípulos y de los mártires. Porque Cristo, el venido de Dios, será nuestro cimiento y roca.
¡Ven, Señor, Jesús! He tardado mucho en abrirte la puerta, pero tú no te canses de venir. Te necesito mucho, y otros necesitan que yo, como Juan el bautista, les dé testimonio de tu Buena Noticia.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, cm
¡Gracias por sus reflexiones Padre! Que todo el equipo de Evangelio y Vida tengan un excelente año 2019.
¡Felicidadaes!