1Jn 2, 22-28; Sal 97; Jn 1, 19-28.
“… enderecen el camino del Señor”
Así nos lo recordaba la voz de Juan Bautista en el desierto. En realidad, el camino del Señor está recto, soy yo quien está torcido y desviado. Curvado sobre mí mismo, aguijoneado por un enjambre de despistes y necesidades momentáneas que no me dejan hallar mi deseo de Dios y su deseo de mí. Y, ahora, se me regala un nuevo año como una hermosa oportunidad para enderezarme y ponerme en el Camino que es Jesucristo.
San Basilio Mago es uno de los santos que celebramos hoy. En sus estudios se formó en Constantinopla y en Atenas. En un momento clave de su vida se volvió totalmente hacia Dios: “Un día, como si despertase de un sueño profundo, volví mis ojos a la admirable luz de la verdad del Evangelio…, y lloré por mi miserable vida”. Le tocó luego vivir el revuelto tiempo de la herejía de los arrianos y semiarrianos. Pero, en medio de las divisiones, no perdió la caridad hacia todos y fue “la voz del desierto” y testigo para muchos.
Tú y yo, ¿no podremos hacer algo parecido con nuestra vida en estos tiempos revueltos y oscurecedores de la Iglesia?
Señor Jesús, queremos pegaros a ti, caminar en tu Camino y ser ánimo para los hoy desesperanzados..
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, cm
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