Ap 10, 8-11; Sal 118; Lc 19, 45-48.
“Ven Espíritu Santo, porque templo tuyo soy”
¿Existirán motivos por los cuales hoy Jesús reaccionaría de una forma un poco temperamental? Seguramente que sí. Cuando faltamos a la verdad, cuando existen tantas injusticias favoreciendo a muy pocos y olvidándose de tantos, cuando vamos marginando a muchos de nuestros hermanos.
¿Habrá más motivos? La falta de amor, nuestra falta de compromiso por la paz, las divisiones y las peleas que se generan en nuestras familias (y pequeñas comunidades de la iglesia) a causa de incomprensiones, intolerancia y malos entendidos. Como discípulos y misioneros debemos colaborar con la Buena Noticia que Jesús dio durante su vida. Comprometernos a que nuestra Iglesia, fundada por el mismo Jesús, sea lugar de encuentro con Dios para que refleje su esencia: Iglesia sencilla, solidaria, fraterna y misionera, donde todos, sin excepción, podamos encontrarnos con ese Dios vivo.
Invitemos hoy a Jesús en medio de nosotros, para que con su poder y autoridad eche fuera todos estos miedos y odios y haga de nosotros un verdadero lugar de encuentro con Dios. “Mi alegría es cumplir tus mandamientos”(Sal 118).
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Arturo García Fonseca, CM
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