Ap 5, 1-10; Sal 149; Lc 19, 41-44.
“Ven Espíritu Santo y todo será creado”
Tenemos grandes personajes, héroes y santos en la historia de la humanidad. Ellos son ejemplos a seguir. Y sin embargo, seguimos renunciando a seguir esos modelos de amor. Nos oponemos a transformar este mundo de guerras, pobreza, hambre y muerte. Nos resistimos a la conversión.
Estamos finalizando el año litúrgico. Hemos tenido muchas oportunidades de crecer espiritualmente y vivir una conversión permanente.
Dios nos ha visitado durante este año en la eucaristía, en la confesión, en su Palabra, en la persona de los amigos, en la comunidad cristiana, en el servicio de los pobres… Y todo encuentro con Dios nos tiene que invitar a cambiar este mundo de odio por uno lleno de amor.
Jesús lloró por la incapacidad de conversión de Jerusalén, pese a tanto amor que Dios les ha demostrado: “Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios” (Ex 6, 7).
Oremos: Señor, trabaja en nosotros como el alfarero. Moldéanos, para irnos despojando de las resistencias. Recréanos, para vivir a tu imagen y semejanza. Y así, tu gracia avance en nosotros.
“Bendito sea el Señor” (Sal 149).
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Arturo García Fonseca, CM
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