“Ven Espíritu Santo, a darnos vida”
Fil 7-20; Sal 145; Lc 17, 20-25.
En muchas de nuestras familias (como en la sociedad) está presente la cultura de muerte y avaricia, el veneno de mentiras y engaños, la destrucción de vicios y envidias, la peste de la corrupción e injusticias. Y pareciera que la indiferencia y la pereza reinan en nosotros.
Tal vez, no acabamos de entender quién es Jesús: Jesús es el Reino que ya está entre nosotros. “Y La Palabra se hizo carne y habita entre nosotros” (Jn 1, 14); “Le pondrán por nombre Emmanuel, Dios con nosotros” (Mt 1, 23); “Dios ha visitado a su pueblo” (Lc 7, 16).
Comprendamos: El Reino de Dios que es amor, justicia, paz, gracia, vida y verdad, es Jesús mismo, y ya está entre nosotros, “todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20). Es urgente nuestra conversión al camino de Dios, para que en nuestra familia (y sociedad) reine Jesucristo, nuestro Señor, y construyamos la civilización del amor. Y así, el Reino de los Cielos se note en nuestra forma de vida como testimonio para los demás.
Pongamos nuestro mayor esfuerzo para hacer las cosas que nos lleven a vivir el amor, la unidad y la paz en nuestra familia: “El Señor ama al hombre justo” (Sal 45).
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Arturo García Fonseca, CM
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