Filp 2, 5-11; Sal 21; Lc 14, 15-24.
“Ven Espíritu Santo, gocemos del banquete del Señor”
El mundo, creación de Dios, está invitado a vivir el bien y el amor: “Y vio Dios que todo era bueno” (Gn 1, 31). Pero se ha roto esta invitación, como quien no quiere ir a una fiesta; pues en todos lados seguimos viendo guerras, hambre, pobreza, avaricia, abortos, injusticias, tráfico de personas y de narcóticos, etc.
Es urgente comprender que el Señor Jesús hace la invitación para compartir su banquete de amor, alimentándonos de su eucaristía, su reino, su paz, su felicidad… Y quiere que participemos todos porque a todos nos ama.
Aunque debemos tomar en cuenta que somos nosotros los que ponemos excusas para aceptar la invitación de Dios, miles de pretextos para no decirle “sí”: sí Señor, aquí estoy para hacer tu voluntad (cfr. Sal 40, 8-9).
La invitación está hecha, somos llamados a escuchar y seguir a Jesús, a vivir con buena actitud el servicio a los demás, a dar desde el corazón y compartir la vida con los demás.
No somos perfectos, pero estamos llamados a dar nuestro mejor esfuerzo.
“Alabemos juntos al Señor” (Sal 21).
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Arturo García Fonseca, CM
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