Gál 3, 7-14; Sal 110; Lc 11, 15-26.
“El que no está conmigo, está contra mí.”
El Evangelio de hoy nos trae el relato sobre aquellos que rechazaron el bien que Jesús hacía, y además lo acusaron de actuar como un agente del demonio. Esta lógica nos deja muy sorprendidos, pero hay personas que pueden llegar a extremos increíbles, antes de aceptar cambiar sus ideas o sus convicciones.
Asimismo, Jesús nos recuerda que cuando hemos progresado al seguir sus pasos, debemos cuidar de mantenernos en su compañía, pues siempre existe el peligro de volver atrás.
Señor, ayúdanos a no relativizar, sino vigilar para mantenernos siempre abiertos al bien.
Cuenta la tradición que en la noche del 2 de enero del año 40, Santiago se encontraba con sus discípulos junto al río Ebro (Zaragoza, España) cuando “vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol”. La Santísima Virgen, que aún vivía, le pidió al Apóstol que se le construyese allí una iglesia, y prometió que “permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Adrián Acosta López, CM
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