1 Co 11, 17-26.33; Sal 39; Lc 7, 1-10.
“Ni en Israel he encontrado una fe tan grande”
El episodio que nos relata Lucas el día de hoy es un ejemplo de fe y confianza en el Señor. El centurión romano que le pidió ayuda para su siervo, se preocupa por la salud de uno de sus criados y hace a un lado su poder para solicitar con fe la ayuda de Jesús. Y todavía más, cuida la imagen de Jesús, no exponiéndolo a que los demás lo desprestigien diciendo que se fue a meter a casa de un pecador. Jesús considera que su fe supera incluso la fe de muchos en Israel, mostrando así que Dios actúa más allá de los límites o de lo que podamos imaginar.
Esta fe y humildad del centurión ha trascendido hasta nuestros días, pasando a ser una de las frases más hermosas que decimos antes de comulgar: “Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme”. Quien pronuncia estas palabras desde el fondo de su ser se estará acercando a Dios con verdad y dignidad, descubre que el camino para encontrarse con Dios es la humildad, la verdad y la transparencia.
¿Cuál es tu actitud cuando te acercas a comulgar?
¿Cómo calificaría Jesús tu fe?
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Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autora: Luz María Ramírez González
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