1Co, 3,1-9; Sal 32; Lc 4,38-44
“También a otros pueblos tengo que anunciarles…»
El Evangelio nos relata tres momentos de la vida pública de Jesús que deberían ser el modelo para todo cristiano: Primero, Jesús estuvo en la sinagoga; después entró a la casa de
Pedro donde curó a su suegra que estaba enferma y no podía servirles, curó a muchos enfermos que le llevaron; finalmente, al amanecer, se aparta para hacer oración, tomando una importante decisión de continuar su misión en otros poblados.
Si tomamos como referencia este día, encontramos la importancia de fortalecer nuestro encuentro con Dios a través de la escucha de la Palabra (formación), el servicio a los demás atendiendo sus necesidades físicas o espirituales y por último retirarnos para hacer oración y tomar decisiones para continuar nuestra misión buscando nuevos rumbos. No sólo hay que pensar en los beneficios para nuestra familia, grupo o comunidad; conformarnos con lo que hacemos siempre. Es necesario salir, arriesgarnos, enfrentar nuevos retos, no conformarnos con lo que siempre hacemos. Cuando la gente quiso retener a Jesús, Él les dijo: “También tengo que anunciarles el Reino de Dios a las otras ciudades”… Hagamos lo mismo…
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autora: Luz María Ramírez González
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