2 Tes 2, 1-3. 14-17; Sal 95; Mt 23, 23-26.
“Guías ciegos, que cuelan el mosquito y se tragan el camello”
Continuamos hoy con el pasaje de ayer, los reclamos de Jesús a los escribas y fariseos por la incongruencia entre sus enseñanzas y su modo de vivir. Jesús inicia con los famosos “Ay de ustedes…”, que os sentidos: primero como una lamentación: Jesús los los mira con ojos de compasión por su dureza de corazón y comprendiendo que su propia enseñanza se hunde en la misma fuente que la de ellos y sin embargo no son capaces de reconocer la luz y la verdad que hay en ella; segundo, como advertencia: como cuando una madre le dice a su hijo “ay de ti hijo…eso te va a llevar a dónde no quieres”.
Jesús les advierte que en su hipocresía cuidan las cosas insignificantes y en cambio “descuidan lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe”.
Ambas interpretaciones nos ayudan a poner atención en nuestro seguimiento del Señor, que nos debería llevar a considerarlas como dichas también para nosotros y reflexionar en nuestro modo de pensar y practicar las enseñanzas del Maestro. Somos llamados a echar fuera la hipocresía y la vanidad; que no aniden en nuestro corazón.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Juan Carlos Reyes Mendoza, cm
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