El 30 de Junio a media mañana, llegaban al Aeropuerto de Melilla Sor Carmen Pérez, Consejera General y las cuatro Visitadoras de España restantes; Sor Mª Pilar y dos Consejeras de España-Sur se habían adelantado para recibirlas, así como el Padre Jesús María González, Visitador de los P. Paúles de España San Vicente. Comienzan una visita maratoniana, acompañadas por la Presidenta y Delegado de Cáritas de Melilla, pues el Proyecto, aún en ciernes, será en colaboración con Cáritas Melilla. El día 1 por la tarde se une al grupo D. Gabriel Leal, Vicario y Delegado de Cáritas de la Diócesis de Málaga. Desde el Aeropuerto, visita a la Purísima, Antiguo cuartel acondicionado para doscientos cincuenta Menores, y que alberga en la actualidad cerca de seiscientos, entre los once hasta mayoría de edad con la consiguiente masificación y por supuesto mal alojados. Allí viven la esperanza de llegar a los 18 años y obtener un documento con el que gestionar, en un espacio muy corto de tiempo, la tarjeta que les da derecho a ir a la península y, con suerte, entrar en Europa. Los trámites son lentos y son raros los que consiguen llegar por este medio. Impresionante, sobre todo, los dormitorios, pues no hay espacio para tanta litera ni colchón. Pero al menos tienen comida, techo, agua para asearse, ropa, clases y algún balón para jugar.
El domingo, paso de aduanas a pie y encuentro con nuestras Hermanas de Nador-Driouch, Magníficat… y visita a Dar-Hería, Casa de Acogida de pobres discapacitados en el Tercer Mundo, donde las Hermanas se afanan por servir y mejorar en todo momento su situación. Las Visitadoras, esta vez visitantes por primera vez, se estremecen al ver tanto dolor. La Eucaristía en la Iglesia Parroquial de Nador. Tres Jesuitas, ningún laico, cuatro Infantitas y dos Franciscanas Misioneras de María que se unieron en la intención del Proyecto, razón de la visita y por el que se celebró la Eucaristía. La comida familiar y festiva, sin faltar el típico Cuscús, y la sobremesa compartida.
Y en dos Land Rover, vamos hacia al monte, montaña del Gurugú, a uno de los campamentos entre los cincuentaque hayen las cercanías de Nador, allí se asientan semi-escondidos en los bosques miles de subsaharianos, en condiciones inhumanas, familias, jóvenes y hasta menores, hijos pequeños y mujeres embarazadas casi todas por azar y subsistencia, que sobreviven con la esperanza de alcanzar Europa, al precio, muchas veces de sus vidas, y siempre tras un largo peregrinar por África de país en país, mal conducidos y arruinados por las mafias, hasta llegar a esta penosa espera.
De regreso a Melilla, entre las rocas, cuevas y grutas, en este paraje mal viven, escondidos, menores que esperan salir de Melilla,como polizones, en cualquier barco. Se deslizan desde su escondite con cuerdas, nadan hasta trepar a los barcos y esconderse en los botes salvavidas, bajo los camiones, etc. Este es el colectivo que más dolor causa ver, todos muy niños algunos hasta de diez años, que han entrado como han podido, incluso desde poblaciones muy lejanas de Marruecos, y que de día deambulan por la calle ejerciendo mendicidad y de noche se cobijan en este lugar. Tienen libertad, siempre que la Policía haga la vista gorda, y tengan pegamento a esnifar. ¡Qué dolor verlos bien “colocaditos”! ¡Cayéndose mareados! Sin techo, ni pan. Es por estos niños, que oscilan entre cincuenta a cien, según las épocas, por los que la Compañía de las Hijas de la Caridad en Melilla quiere apostar. ¡Y qué difícil es dormirse después de haber visto este cuadro…! Es el día de partir, pero antes, tenemos la Eucaristía en la Capilla de las Infantitas.
Visita rápida a la casa vivienda que ocupará la Comunidad Interprovincialque formarán las cinco Hermanas que, si Dios quiere, se encargarán del Proyecto, ya hubo una Comunidad de Hermanas, necesita alguna remodelación y saneamiento. Una visita al CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) Centro bien cuidado y organizado, masificado y, por tanto, con carencias de espacio y otras. Y la reunión final. Se desea dar Respuesta Comprometida a esta llamada urgente y necesaria. Llamada a gritos ante la que humanamente se siente impotencia, pero desde la confianza en la Providencia y tras los pasos de nuestros Fundadores, se concluye con un “¡ADELANTE EL PROYECTO!”.
Yo los he visto… decía S. Vicente el 18-X-1655 hablando de los condenados a Galeras. Y es que ver y escuchar, ponerse en contacto con los Pobres nos hace exclamar también como al santo en otra ocasión “Perdón, Dios mío, yo no lo sabía”. Los hemos visto, podemos decir todas, y solo queda… En tu nombre echar las redes.
Resumen Tomado: www.hhccespanasur.org
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