Del 1 al 15 de julio de este año 2018, tuvo lugar en San Pedro Sula, por segundo año consecutivo, el encuentro de los miembros del Seminario Interno Interprovincial de CLAPVI-Norte y los jóvenes del Seminario San Vicente de Paúl de Tegucigalpa, de la Provincia San Vicente de Paúl-España.

Uno de los propósitos fue conocer y servir en los proyectos sociales que tiene la Región de Honduras y la Fundación Obras Sociales Vicentinas (OSOVI), en San Pedro Sula. Otro objetivo fue la formación en el carisma. También fue importante que se pudieron compartir diferentes experiencias, dada la pluralidad de nacionalidades, pero con una misma raíz: la espiritualidad y caridad de San Vicente de Paúl, y con un mismo lenguaje: el amor que marca la vida de todo misionero vicentino.

Como hemos dicho antes, fue un encuentro de múltiples ocupaciones. En sentido general, podríamos decir que la primera semana fue de interacción y diálogo, pero también fue de formación vicentina, comenzando con una explicación detallada de los centros que tiene bajo su responsabilidad OSOVI, por parte de su representante. Y siguiendo con la discusión de temas como: la cristología en San Vicente de Paúl, la interculturalidad como llamado y horizonte de misión, el sacerdocio vicenciano y el sacerdocio misionero. Cabe mencionar que los temas formativos fueron impartidos por dos sacerdotes vicentinos: uno de la Provincia de Zaragoza, el P. Ivan Juarros, C. M., y otro de la Provincia de México, el P. Rosendo Martínez, C. M., ambos de la comunidad en Puerto Cortés.

Dentro de esta primera semana, se tuvo la oportunidad de visitar diferentes proyectos sociales como: el Módulo de ancianos, la Casa Buen Samaritano para personas de enfermedades crónicas y terminales, la Granja para rehabilitación de alcohólicos, la Casa del niño, la Casa del joven, la Casa de la niña y el Hospicio San José. Todos ellos pertenecientes a la Fundación OSOVI. Además de visitar el programa “Amigos para siempre” y los “Cursos de ingles San Vicente de Paúl” que están a cargo de la Provincia San Vicente de Paúl-España, Región de Honduras.

Pero no todo fue formación y pastoral. Para cerrar esa semana se realizó un paseo que incluyó la visita a lugares históricos y a las playas de la comunidad de Baja Mar (comunidad garifuna) de Puerto Cortés.

La segunda semana fue destinada a la misión en diferentes comunidades del Merendón. Se hicieron equipos de dos misioneros para cada comunidad, intercalando las nacionalidades. De esta manera, la experiencia de misión fue más nutrida y de mejor beneficio para todas las personas a las que se pudo llegar. Algunas cosas a considerar en esta misión fueron: escuchar y aportar ideas al concejo comunitario, animar la campaña infantil (promoción de valores en las escuelas), reunión con jóvenes (promover la importancia de los sacramentos y el compromiso con la Iglesia), reunión con niños y visitas a los hogares, sin dejar de colaborar en alguna cosa que consideraran necesario los encargados de cada comunidad.

Independientemente del año de formación en el que estemos, o incluso ya consagrados, cada experiencia de misión nos deja algún aprendizaje para la vida o nos ayuda a ser más sensibles a la realidad de los pobres. Y en esta ocasión no fue la excepción. Hagamos pues de nuestra vida algo extraordinario ante los ojos de los demás y agradable ante los ojos de Dios, sirviendo a Jesús en la persona de los más necesitados. No importa lo que puedan decir de nosotros. Llevemos siempre palabras de amor y esperanza. Que nuestros pensamientos, palabras y acciones se dirijan siempre a cumplir la voluntad de Dios.

Junior Omar Martínez

Fuente: http://misionerospaules.org/