Os 8, 4-7. 11-13; Sal 113; Mt 9, 32-38.
“Rueguen al dueño de los campos que envíe trabajadores para su cosecha”
Se dice que vivimos en tiempos de crisis de vocaciones y es verdad, cada vez son más los que no están seguros del camino que deben de seguir, la profesión que elegirán, si se casarán o no.
Jesús sigue recorriendo los pueblos sanando enfermos y predicando en las sinagogas. Un día al ver a la gente se conmovió, dice la escritura, “porque estaban maltratados y abatidos, como ovejas sin pastor”. Hoy en día, ¿quiénes serían esos seguidores de Jesús? Acaso los millones de jóvenes que no encuentran su lugar en la familia, en la sociedad; acaso los migrantes, los sin techo, los niños de la calle, los ancianos abandonados, ¿tú o yo?
Pero ¿cómo se harán seguidores de Jesús si no hay quién se lo anuncie, quién les haga sentirse amados, útiles, valorados para caminar sin temor? De manera especial Jesús necesita de personas generosas capaces de dar la vida por estos hermanos nuestros.
Se necesita que cada familia ore y trabaje para que la vocación al sacerdocio y a la vida consagrada no muera. Oremos por las Vocaciones.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Norma Leticia Cortés Cázares
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