Deut 5, 12-15; Sal 80; 2Cor 4,6-11; Mc 2, 23-3, 6.
“El sábado se hizo para el hombre”
Ahora no es el Templo sino la institución del “sábado” judío lo que enfrenta a Jesús con las autoridades religiosas. Para éstos es más importante cumplir la ley del sábado que mitigar un poco el hambre cortando algunas espigas; de la misma manera estará primero el cumplimiento de la ley que curar a un hombre enfermo.
Jesús no puede “contemporizar” con estas interpretaciones equivocadas de la ley de Dios, quien prefiere hijos felices y libres más que soldados neuróticos y esclavos de la ley.
Para Dios lo primero es el hombre, la vida, el bienestar de los pobres; por ello Jesús, en la sinagoga, llama al hombre enfermo y le pide que se coloque en el centro, porque Dios lo ha colocado ya en el centro de su corazón y de su preocupación y porque quiere que igualmente los pobres, los débiles, los marginados sean colocados en el centro del corazón de la Iglesia y de la sociedad, que sean los primeros destinatarios de sus preocupaciones y cuidados. Para Jesús no hay otra ley que valga más que la ley del amor. El sábado se hizo para el hombre. Dios creó todas las cosas y los días de la semana para que sus hijos vivan felices y con dignidad.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Silviano Calderón, cm
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