Hch 10, 34a.37-43; Sal 117; Col 3, 1-4; Jn 20, 1-9.
“Él había de resucitar de entre los muertos”
Hoy es un día de buenas noticias y el mundo está necesitando sin duda que le lluevan noticias favorables, noticias que le descubran lo mucho que hay en el hombre de bueno. Esto si el hombre es capaz de vivir buscando las cosas del cielo para hacerlas realidad en la tierra, que es donde vivimos, y donde tenemos que hacer que Cristo viva, para que los hombres crean de verdad que ha resucitado y camina con nosotros en el día a día que, a veces, resulta un tanto fatigoso.
Cristo resucitó por todos nosotros. Él es la primicia y la plenitud de una humanidad renovada. Su vida gloriosa es como un inagotable tesoro que tod estamos llamados a compartir desde ahora.
Hoy podemos preguntarnos: ¿Cuál es el paso que debemos dar esta Pascua? ¿Trabajamos en la comunidad con alegría, con espíritu de comprensión, con respeto mutuo, con espíritu de diálogo, con ganas de aportar sentimiento, pensamiento y acción al proyecto común?
En síntesis: hoy debemos interiorizar la Pascua en una forma de vida capaz de ilusionar y dar esperanza a cuantos viven a nuestro alrededor.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Juan Rodríguez Gaucín, cm
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