La Naciones Unidas ubica a la República Centroafricana en el último lugar del índice de desarrollo humano entre 188 países. La pobreza en esta nación es devastadora. El promedio de vida es de 52 años; promedio de años escolares por adulto son cuatro; 76% de los habitantes viven con menos de $1.90 al día.

El P. Séraphin Zoga, C.M. y los agentes nutricionales

Nuestra Congregación inició su misión en la República Centroafricana en 2007, desde entonces nuestros misioneros se dedican a combatir la pobreza. Actualmente batallan flagelos difíciles como la elevada tasa de mortalidad de lactantes, la mortalidad infantil y la desnutrición. Nuestros misioneros junto a seglares han unido esfuerzos para llevar alimentos y medicamentos a residentes en dos de sus parroquias, una localizada en las afueras de la capital de Bangui (donde comenzó la misión) y la otra que está a más de 200 kilómetros de distancia en Boganangone, donde actualmente se lleva a cabo el proyecto.

La Iglesia en Boganangone tiene 32 aldeas dispersas; los habitantes son extremadamente pobres y en algunas aldeas la mortalidad infantil alcanza el 50%. Nuestros cuatro sacerdotes en la parroquia trabajan en conjunto con el equipo-proyecto, combinando misiones populares con clínicas móviles medicas-nutricionistas. Entre los laicos hay médicos, enfermeras, y feligreses (sobre todo mujeres) que están siendo entrenados como agentes de salud y nutrición. A través de los esfuerzos del equipo, los habitantes de las aldeas reciben ayuda para su crecimiento espiritual, las madres aprenden acerca de la nutrición y cómo cultivar huertas; los niños reciben vacunas, medicinas, suplementos nutricionales y cuidado.

Para sus múltiples proyectos la Misión de la República Centroafricana ha pedido ayuda económica a la VSO. Gracias a las personas generosas que envían donaciones a la VSO, ha sido posible mandar con rapidez el dinero necesario para comprar medicinas, comida, lámparas portátiles, un generador, cubrir gastos de transportación y los salarios de los miembros laicos que forman el equipo-proyecto.

Fuente: Boletín marzo de 2018, Oficina de Solidaridad Vicenciana