Num 21, 4-9; Sal 101; Jn 8, 21-30.
“Si no creen que «yo soy», morirán en sus pecados”
El camino que se despliega para quien se hace seguidor de Jesucristo, conduce a la denuncia del pecado, en todas sus expresiones. El pecado es el rechazo a la vida que Dios ofrece al ser humano. Desde luego no se presenta como muerte, pues no habría quién, en su sano juicio, lo deseara. Más bien se presenta atractivo y sin complicaciones, es semejante a una fábrica del deseo que tiene un producto personalizado para uno.
Creer en Jesús es renunciar a las expresiones personales y sociales de pecado que impiden la vida y frenan la capacidad de acogida y respeto del otro. Hoy nuestro país atraviesa por profundos malestares y problemas sociales, aunado a violaciones a los derechos humanos y la falta de cuidado de la naturaleza. Y no podemos dejar la solución en manos de unos cuantos. Creer en Jesús nos invita a asumir nuestra responsabilidad frente a ello. Cada uno necesita trabajar con mucha entrega, desde su lugar y condición, para restarle terreno a este mal que amenaza con devorarnos.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Emmanuel Velázquez Mireles, cm
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