Ex 20, 1-17; Sal 18; 1Cor 1, 22-25; Jn 2, 13-25.
“No conviertan en un mercado la casa de mi Padre”
El Evangelio de este día lanza un fuerte llamado a nuestra vida, cuando no un reclamo, a ser honrados y a caminar en la verdad.
Las palabras que Jesús dirige a los mercaderes en lugar de causar simpatía y acogida entre los judíos, les provoca enojo y desconcierto. Al parecer, el reclamo ha tocado intereses de muchos grupos y no están dispuestos a dejarlo pasar.
Hacernos hombres y mujeres honrados implica cuestionar nuestras opciones de vida de cara a la verdad, nos lleva a dejarnos morder por ella a fin de que nos despierte de lo que ya estamos convencidos.
Quien es coherente ya tiene solucionado el problema; para los judíos, por ejemplo, no había conflicto en que se vendieran dentro del templo los animales para los sacrificios. Para Jesús eso es lo mismo que un mercado.
La verdad cuestiona y desestabiliza porque busca escuchar la voluntad de Dios, la cual a menudo nos dirá: No conviertas tu vida en un proyecto sin sentido, no vendas tus sueños a la corrupción, no cedas tu libertad a las adicciones, no entregues tus fuerzas a la violencia y al crimen.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Emmanuel Velázquez Mireles, cm
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