Joel 2, 12-18; Sal 50, 3-17; 2 Cor 5, 20—6,2; Mc 6, 1-6. 16-18.
“Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará”
¿Qué es el Miércoles de Ceniza? ¿Un invento, una superstición, un rito mágico o un día de especial gracia?
El Rito de la Ceniza es: Primero, una costumbre penitencial del Antiguo Testamento. Segundo: Esa costumbre es recogida por Jesús en el Nuevo Testamento. Y tercero, esa costumbre es practicada en la Iglesia. Al principio sólo por los “penitentes públicos” y, después, por toda la comunidad.
En el A.T., Job (42, 5-6) confiesa, al final de su proceso: “Yo te conocía sólo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos. Por eso me retracto y hago penitencia, echándome polvo y ceniza”. Lo mismo se nos dice en el libro de Judith (4, 11): “los habitantes de Jerusalén, con sus esposas y sus niños, se arrodillaron ante el Templo, cubrieron de ceniza sus cabezas y extendieron las manos para orar ante el Señor”. En 1Macabeos 3, 47 se nos dice: “ayunaron aquel día, se vistieron de saco, se esparcieron ceniza sobre su cabeza…”. Lo mismo podrás encontrar en Jer 6, 26, Jonás 3, 6, Ester 4, 1, etc. Jesús recoge este sentido penitencial de la ceniza cuando dice (Mt 11, 21): “Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida, porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros hechos entre ustedes, de seguro habrían hecho penitencia, vestidos de sayal y cubiertos de ceniza”.
Y esto es lo que hacemos en la comunidad católica al recibir la ceniza: significamos nuestro arrepentimiento públicamente, y expresamos, con este signo, nuestra petición y deseo de cambio y de conversión a Jesucristo.
Recibir hoy la Ceniza es una costumbre buena, pero no es un mandamiento. Pero, si voy a recibirla y no hago lo que con ese signo significo, si no me arrepiento, pido perdón y trato de cambiar, entonces convertiría este hermoso rito cristiano en una falsificación.
La Cuaresma es una caminata con Jesucristo hacia la Pascua de Resurrección. La comenzamos reconociéndonos necesitados y pecadores, pidiendo perdón a Dios y a los hermanos, y expresamos esto por medio del signo de la Ceniza. Añadimos hoy, además, el ayuno y la abstinencia, lo mismo que haremos el Viernes Santo. Los demás viernes de Cuaresma expresamos esta misma actitud por medio de la sola abstinencia. Y hacemos estas penitencias y esta caminata hacia la Pascua de Jesús en comunión con la comunidad universal o católica.
Cuando algunos grupos o sectas menosprecian este signo penitencial, se olvidan que es un rito expresamente bíblico y avalado por Jesucristo. En cualquier caso, lo importante es que nos sirva de verdad para revisar nuestra vida, nuestras relaciones, y revitalizar nuestro seguimiento. Así podremos celebrar –con él y por él– nuestro propio surgimiento en la celebración de su Resurrección. ¡Que tengas una hermosa y honda Cuaresma!
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, cm
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