1Sam 3, 3-10.19; Sal 39; 1Cor 6, 13-15.17.20; Jn 1, 35-42.
“Hemos encontrado al Mesías, al Cristo”
Cuando Jesús inicia su vida pública y su misión eran pocos los que lo seguían. En cambio hoy somos muchos los seguidores, los que escuchamos su Palabra, los que le seguimos de forma libre, pero de nuevo la pregunta de Jesús nos debe detener para buscar la respuesta más verdadera. ¿Qué buscan? ¿Qué buscas? ¿Qué buscamos realmente en el seguimiento de Jesús? Un bastón donde apoyarnos, un mago, una solución a nuestros problemas, alguien a quien contar nuestros problemas pero del que nos olvidamos si las cosas marchan bien…
No podemos confiar sólo en lo que dicenlosdemásde Jesús, necesitamos experimentarlo en nuestra propia vida, conocerlo, amarlo, vivir de forma diferente, motivados por su presencia en nosotros, confiados en su Palabra, aunque tantas veces tengamos que ir nadando contra la corriente de este mundo; nuestro ejemplo debe ser un testimonio claro y fiel para aquellos que andan perdidos, aquellos que no le conocen.
Los discípulos realizan un bello camino de fe, lo muestran estos verbos “oyeron, vieron, contemplaron, siguieron, se quedaron y dieron testimonio”. Esto debemos hacer con Jesús: Escucharlo, verlo, contemplarlo, seguirlo, quedarnos con Él y dar testimonio de Él. Esa es la clave del verdadero discípulo ~ misionero.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Benjamín Romo Martín, cm
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