Is 60, 1-6; Sal 71; Ef 3; 2-3ª.5-6; Mt 2, 1-12.
“Hallaron al Niño que estaba con María”
Epifanía quiere decir “manifestación”. En este relato los magos representan a todos los que no son del pueblo de Israel. Así, pues, mientras los sacerdotes de los judíos, jefes del pueblo de Dios, no recibieron aviso del nacimiento de Jesús, Dios lo participó a algunos de esos amigos suyos que estaban muy lejos de su pueblo. Esta lección vale para todos los tiempos: Jesús es el Salvador de todos. Dios habla por medio de los acontecimientos.
Llamó a los Magos por medio de una estrella, y a los pescadores después de una pesca. La conversión de los paganos (gentiles) y el rechazo de Israel, eran dos temas fundamentales de la iglesia primitiva.
La Epifanía es la manifestación a toda la humanidad del misterio de Dios hecho hombre. Debemos aprender de los Magos: 1. a descubrir la presencia de Dios en los signos, 2. a caminar con determinación, y 3. a no permitir que personas o acontecimientos nos desvíen del seguimiento a Jesucristo. Somos Iglesia, llamados a ser una casa abierta donde caben todos los pueblos, razas, y culturas. ¿Cómo recibo a los forasteros que llegan por primera vez a mi barrio y a mi parroquia?
¿Es mi vida como una estrella que guía a otros a Jesús?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Benjamín Romo Martín, cm
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